Shanghai

La llegada a Shanghai fue bastante “chocante” para nosotros. Es que salimos de una ciudad que se podría decir “perfecta” como es Chicago para encontrarnos con una cultura totalmente diferente a la nuestra.

Es bastante complicado comunicarse y pedir información ya que muy poca gente habla inglés, el tránsito es insoportable, las motos literalmente van por donde quieren y te pasan por arriba. De las 4 noches que estuvimos en esta ciudad no logramos ver el cielo incluso en los días soleados. Esto suponemos se debe a la polución existente en las grandes ciudades.

Si tuviéramos que describir que fue lo que más nos chocó en Shanghai sin dudarlo diríamos el olor.  Es lo más parecido a entrar a un cementerio. No sabemos bien a qué se debe pero por suerte conforme fueron pasando los días nos fuimos acostumbrando y ya no lo percibíamos tanto.

Otra cosa que merece mención es la comida. De aquí en más comenzamos una travesía en donde el tema almuerzo y cena se convierte en un caluroso debate. No sabemos como pero alrededor del 90% de las veces terminamos en McDonalds o Subway. Particularmente he almorzado más veces en MCD en en lo que va de viaje que en mis 25 años de vida.

Pasando un poco al tema de las visitas creo que la que más nos impactó a todos fue el “Bund”. Es simplemente la rambla de Shaghai (del lado viejo) pero en donde uno puede observar el espectáculo formado por la iluminación de los edificios de la parte nueva de la ciudad.

Entre los edificios que se ven, el más llamativo y famoso es la “Perla de Oriente”.

Otras visitas realizadas fueron, el Yuyuan Garden o Casa del Té, la primer sede del partido comunista y el templo del buda.